sábado, 25 de junio de 2011

Sindrome de Laron

El síndrome de Laron es una enfermedad congénita caracterizada por una marcada baja estatura, asociada a niveles normales o elevados de hormona del crecimiento (GH) en el suero, y niveles bajos de IGF-1 (insulin-like growth factor-1) que no aumentan tras la administración de GH exógena. Se han descrito más de 250 casos de la enfermedad y ésta es más frecuente en poblaciones judías y mediterráneas. La enfermedad afecta por igual a ambos sexos. El crecimiento intrauterino y la talla al nacimiento son, generalmente, normales. El crecimiento postnatal es lento y, habitualmente, desproporcionado; la estatura adulta varía de -3 a -12 DS. Se observa un retraso del desarrollo motor debido a una disminución de la masa muscular. Los recién nacidos suelen presentar hipoglucemia y micropene. La pubertad se suele retrasar. La dismorfia facial es habitual y consiste en: frente alta y prominente, órbitas poco profundas, puente nasal hipoplásico y mentón pequeño. En la primera infancia puede darse escasez de pelo. Con frecuencia, se observa: obesidad, retraso en la erupción dentaria, voz aguda, huesos finos, piel fina y disminución de la sudoración. Ocasionalmente los pacientes presentan escleróticas azules y displasia de cadera. La enfermedad está causada por mutaciones en el gen GHR (5p14-p12). Las mutaciones en el dominio extracelular del receptor conllevan una disminución del nivel de GHBP (proteína transportadora de la GH: estructuralmente idéntica al dominio extracelular del GHR) y una producción anómala de IGF-1. La transmisión es autosómica recesiva. Se ha descrito un síndrome con un fenotipo similar al de Laron, asociado a una inmunodeficiencia, y debido a una disfunción génica del transductor de señal y activador de la transcripción 5b (déficit de STAT5b; ver término). También se ha descrito en la literatura un paciente con un síndrome de Laron típico y una mutación en el gen STAT5B. El diagnóstico se basa en las características clínicas y biológicas. Las pruebas hormonales revelan concentraciones en suero normales o elevadas de GH y niveles bajos de IGF-1 que no responden a una administración exógena de GH. El nivel de GHBP es bajo en caso de mutación en el dominio extracelular del gen GHR y normal en caso de mutación en el dominio intracelular. Deben realizarse pruebas genéticas para precisar el diagnóstico etiológico. El diagnóstico diferencial incluye el déficit grave de GH y el retraso en el crecimiento por resistencia al IGF-1 (ver término), así como el déficit de IGF-1 consecuencia de problemas nutricionales o a enfermedades crónicas pediátricas. Debe proponerse consejo genético a los padres de un individuo afectado en caso de que planeen un nuevo embarazo, informándoles del riesgo de transmisión y de los métodos de diagnóstico disponibles. El manejo tiene como objetivo mejorar el crecimiento e incluye un tratamiento con inyecciones diarias subcutáneas de mecasermina, un IGF-1 recombinante humano, y una dieta con un aporte calórico adecuado. La mecasermina obtuvo en agosto de 2005 la designación de "medicamento huérfano'' en Europa. Es necesaria una alimentación frecuente para evitar la hipoglucemia. No existe un tratamiento que permita curar o prevenir la enfermedad. El pronóstico es generalmente bueno pero, con la edad, los pacientes pueden desarrollar obesidad, hipercolesterolemia y presentar un elevado riesgo de fracturas a causa de la osteopenia